Experiencia personal
Seguro que todos hemos usado la vainilla en nuestras dulces recetas. Es un aroma muy usado en repostería, y es difícil encontrar alguna especialidad que no tenga el aroma de la vainilla. De hecho, en los lineales de cualquier supermercado puedes encontrar botecitos con un polvito oscuro, o botellitas con un liquido oscuro en la etiqueta del cual, pone “aroma de vainilla”.
Pero ai… si miras la etiqueta… sorpresa: no lleva nada de vainilla. De hecho, los ingredientes de este producto (en la versión líquida que tengo en casa) son: agua, azúcar, jarabe de glucosa (más azúcar), aroma, y propilenglicol (un compuesto orgánico incoloro, insípido e inodoro; un liquido aceitoso claro humectante). Como puedes ver, no lleva vainilla por ninguna parte.
Si. Yo también me quede sorprendido, por lo que compré un par de vainas de vainilla por ver como son.
El primer impacto es que, aunque están dentro de una bolsa de plástico cerrada, desprende un aroma intenso y dulzón, mucho más intenso que el líquido de la botella, que ahora, al olerlo, solo me llega un olor alcohólico, que me hecha “p’atras”.
Así empiezo mi investigación sobre este aceite esencial, extraído de una planta de la familia de las orquídeas, cuyo aroma me “embriaga”...
Históricamente
La vainilla ha sido una planta de gran relevancia desde tiempos mesoamericanos, y su historia está profundamente entrelazada con las culturas de las civilizaciones antiguas, especialmente los totonacas (región de Totonacapan en México), quienes fueron los primeros en cultivarla y utilizarla. Estos pueblos prehispánicos tenían una relación sagrada con la vainilla, considerándola un regalo divino.
En la civilización azteca, esta planta era un ingrediente esencial utilizado para aromatizar bebidas de cacao, conocidas como el "alimento de los dioses". Esta bebida simbólica se reservaba para la élite y para las ceremonias religiosas, mostrando así su importancia cultural y social en sus ritos y tradiciones. Además, no solo jugaba un papel en la alimentación, sino también en los aspectos religiosos y de comercio como parte integral del tributo que los totonacas pagaban a los aztecas.
Con la llegada de los conquistadores españoles en el siglo XVI, la historia de la vainilla experimentó un cambio significativo. Hernán Cortés, impresionado por el aroma de las bebidas con esta planta, la introdujo en Europa, donde rápidamente se convirtió en una especia codiciada en las cortes reales.
El éxito de su cultivo en otras regiones solo fue posible después de la invención de un método de polinización manual descubierta en 1841 por Edmond Albius del que después hablaremos, lo que facilitó su propagación en zonas como Madagascar, permitiendo que su cultivo se extendiera a otros continentes y reafirmando su importante papel en la cultura global, tanto en la gastronomía como en la perfumería. De hecho, la procedencia de la vainilla de Young Living es de cultivos éticos en la región del noroeste de Madagascar, así como la de las vainas que compré.
Ayuda emocional
El aroma de la vainilla es reconfortante y familiar, lo que lo convierte en una excelente opción para promover la tranquilidad y reducir el estrés. Cuando se difunde en el ambiente, este aceite esencial tiene el poder de calmar la mente y aliviar las emociones perturbadoras. Se ha demostrado que su aroma dulce y acogedor ayuda a reducir los niveles de cortisol, la hormona del estrés, promoviendo así una sensación de calma y relajación.
Puede ser una ayuda valiosa para quienes lidian con la tristeza o la ansiedad. Su fragancia suave y envolvente actúa como un bálsamo para el alma, ayudando a elevar el estado de ánimo y fomentar una perspectiva positiva. Es particularmente útil en momentos de transición o cuando enfrentamos desafíos personales.
La vainilla es conocida por evocar sentimientos de calidez y confort, a menudo asociados con recuerdos felices de la infancia o momentos de alegría. Esta capacidad de evocar emociones positivas puede proporcionar un sentido de seguridad emocional y ayudar a construir la resiliencia frente al estrés diario.
Comparto contigo una mezcla de aceites diseñada para promover la relajación y elevar el ánimo:
- 3 gotas de aceite esencial de vainilla
- 2 gotas de aceite esencial de lavanda
- 2 gotas de aceite esencial de naranja dulce
- 1 gota de aceite esencial de incienso
Esta mezcla se puede utilizar en un difusor de aceites esenciales para perfumar el ambiente de una habitación. También puedes diluirlo en V6 y usarlo para un masaje relajante, o añadir unas gotas a un baño caliente para una experiencia de spa en casa.
Esta mezcla no solo ayuda a aliviar el estrés, sino que también proporciona un espacio de confort emocional, haciendo que sea particularmente beneficiosa durante los momentos de tensión o después de un día agitado.
La planta
La planta de vainilla, conocida científicamente como Vanilla planifolia, es una integrante única de la familia de las orquídeas. Botánicamente es una enredadera o liana sarmentosa, lo que significa que presenta tallos leñosos largos y trepadores. Estos tallos pueden llegar a alcanzar una longitud de más de 10 metros. Una de las características de esta planta es su capacidad epífita, es decir, su habilidad para crecer sobre otras plantas sin parasitarlas, utilizando estas estructuras como soporte para trepar hacia la luz solar necesaria para su crecimiento.
Las hojas de la vainilla son verdes, alargadas, oblongas y presentan una textura suave y cerosa, características que facilitan el drenaje del agua en su entorno húmedo. Las raíces aéreas, también presentes, fortalecen su capacidad de adherirse a los soportes mientras absorben humedad y nutrientes del aire.
La floración de la vainilla produce bellas flores de color crema o verde pálido, que tienen un ciclo de vida notablemente corto, abriendo solo durante uno o dos días. En la naturaleza, son principalmente polinizadas por abejas específicas y colibríes autóctonos, pero en cultivos comerciales es común la polinización manual para asegurar la producción de vainas.
En la naturaleza, la polinización de la Vanilla planifolia en su región de origen, Mesoamérica, es realizada por abejas del género Melipona y, en algunos casos, por ciertas especies de colibríes. Estas abejas son nativas de las áreas donde la vainilla crece de forma silvestre y tienen una relación evolutiva con la planta.
Las flores de la vainilla son hermafroditas pero tienen un obstáculo natural llamado rostellum que separa las estructuras masculinas (anteras) de las femeninas (estigma), impidiendo así la auto-polinización. Para que la polinización ocurra, un polinizador debe manipular la flor de cierta manera que permita el contacto entre el polen y el estigma.
En las plantaciones comerciales, fuera del rango natural de estas abejas, la polinización debe hacerse manualmente para garantizar una buena producción de vainas. Este proceso fue desarrollado por Edmond Albius, un esclavo de 12 años en la isla de Reunión, en 1841. El método consiste en usar un pequeño instrumento, como un palillo de madera o una espina, para levantar el rostellum que separa los órganos reproductores de la flor. Después, el polen se transfiere manualmente desde las anteras hasta el estigma.
La polinización manual es un trabajo laborioso y debe realizarse con mucho cuidado, ya que las flores de vainilla son muy frágiles y tienen un ciclo de vida corto, abriendo solo por uno o dos días. Este método se lleva a cabo en la mañana, cuando las flores están frescas y más receptivas. Si la polinización es exitosa, la flor se marchitará y, con el tiempo, dará lugar al crecimiento de las vainas características que contienen las semillas de vainilla. Este proceso resalta tanto el valor de los conocimientos tradicionales como la paciencia requerida para cultivar esta apreciada especia.
Finalmente, los frutos de la planta, que son las vainas de vainilla, requieren un extenso periodo de maduración de entre 8 y 9 meses, durante los cuales desarrollan su característico aroma. Estas vainas cilíndricas, una vez fermentadas y secadas adecuadamente, se convierten en el delicioso saborizante que conocemos, apreciado tanto en la industria alimentaria como en la elaboración de perfumes.
Composición bioquímica
Técnicamente, el AE de vainilla no és un AE. Como el Jazmin o la Rosa, por su método de obtención su denominación oficial es “absoluto”.
El absoluto se obtiene mediante un proceso de extracción que implica varios pasos y el uso de disolventes:
1. Recolección y Preparación: Las vainas de vainilla se cosechan cuando están maduras, pero aún verdes. Luego, se someten a un proceso de fermentación que puede durar entre tres a cinco meses, lo cual permite el desarrollo de los compuestos aromáticos.
2. Extracción con Solventes: Una vez preparadas, las vainas de vainilla se someten a un proceso de extracción con disolventes. Normalmente, este proceso utiliza solventes orgánicos como el hexano. Las vainas se empapan en el solvente, lo que ayuda a extraer los compuestos aromáticos y aceitosos.
3. Concreción: El extracto resultante se somete luego a evaporación para retirar el solvente inicial, obteniendo un producto semisólido llamado "concreto de vainilla".
4. Lavado con Alcohol: El concreto se trata posteriormente con alcohol, generalmente etanol, para separar los componentes deseados de cera y otras materias insolubles.
5. Evaporación Final: Finalmente, se evapora el alcohol a baja presión para obtener el absoluto de vainilla puro. Esta etapa es crucial para asegurar que el producto final mantenga las esencias aromáticas sin el residuo del disolvente.
Por el proceso de extracción que realiza Young Living, y en pruebas recientes realizadas en laboratorios independientes, se encontro que el contenido de vainilla de nuestro aceite es más de 10 veces mayor que los aceites de vainilla super concentrados disponibles comercialmente.
Si te interesa el mundo de los aceites esenciales, te puedo ofrecer asesoramiento. Estamos en un grupo de formación sobre los mismos, Nidore Essentia, en el que juntos, aprendemos y enseñamos. Y si quieres conocer más sobre mi, en el menú de la derecha tienes diferentes paginas. Gracias por tu atención.