En nuestra zona es común el uso de hierbas aromáticas, tanto para cocina como para infusiones. Algunas de ellas se han usado en su aspecto más sutil, como aceites esenciales. La que nos ocupa en este articulo, la hierbabuena, herbassana, es una de las primeras, de las que no falta en ninguna cocina. Suele usarse en guisos con habas o con legumbres, para aderezar carnes de caza y cordero, en sopas o para hacer granizados y cócteles como el famoso Mojito. El te que tomábamos a diario en Marruecos era una infusión de hierbabuena.
En mi caso siempre me pido la ramita de hierbabuena del guiso.
Históricamente
Considerada la más antigua de las mentas, la hierbabuena ha sido utilizada durante siglos por sus beneficios digestivos. Ya en la antigua Babilonia (1800 a.C.) se producen registros escritos que vinculan a esta planta con el tratamiento de malestares digestivos.
En la antigua Grecia la hierbabuena se utilizaba para todo tipo de aplicaciones. Se esparcía por el suelo del hogar para refrescar el ambiente con su aroma y dar la bienvenida a los visitantes, aromatizaba el agua de los baños y se le atribuían diferentes propiedades medicinales.
Era tal la importancia de las mentas para los griegos que incluso llegaron a incorporar a su mitología una particular versión sobre el origen de estas plantas. En ella, el dios del inframundo Hades se enamora de un solo vistazo de la ninfa Minthe, de enorme belleza. Perséfone, la esposa de Hades, observando el interés de este por la ninfa y movida por los celos, la castiga transformándola en menta.
Otras versiones de este mito dicen que la ninfa Minthe fue convertida en una planta por un conjuro de Proserpina, la diosa vinculada a la primavera. Sea como fuere, podemos inferir de su origen y usos se remontan a la antigüedad.
Tanto Dioscórides, medico y boticario, como Plinio El Viejo, científico y naturalista, que vivieron en el siglo I d. C., realizaron un ordenado y verdadero registro de la documentación relacionada con esta hierba.
Hacia el siglo VIII d. C., el emperador Carlomagno, también conocido como Carlos el Grande, rey de los francos y, tras numerosas victorias, finalmente proclamado el primer emperador del Sacro Imperio Romano, emitió una orden imperial en la que dispone que todos sus campos sean cultivados con diversas hierbas y condimentos, entre los que se contemplaba la hierbabuena.
Si avanzamos en el tiempo hasta la edad media, podemos encontrar los primeros usos documentados de la hierbabuena como enjuague bucal. Gilbertus Anglicus, médico del siglo XIII, recomendaba en su obra Compendium medicinae mezclar las hojas de hierbabuena con vino o incluso masticarlas directamente.
Ayuda emocional
El aceite esencial de hierbabuena es refrescante y estimulante. El aroma mentolado de esta planta puede ayudarnos a revitalizar nuestra mente y mejorar nuestra concentración. Puedes usarlo en un difusor o inhálalo directamente para un impulso energético.
Además, puede aliviarnos del estrés y la ansiedad. La hierbabuena tiene propiedades relajantes por lo que puede ayudar a reducir la tensión y calmar los nervios. Yo me hago muchas veces un pequeño masaje con unas gotas diluidas en aceite portador en las sienes o el cuello y me ayuda mucho.
Puede aportarnos claridad mental. Si te sientes confundida o abrumada, inhalar el aroma de la hierbabuena puede ayudarte a aclarar tus pensamientos y tomar decisiones con mayor claridad.
Y también nos brinda apoyo emocional en la digestión. La hierbabuena también está relacionada con el sistema digestivo. Si sientes malestar estomacal debido al estrés, este aceite esencial puede ser muy útil.
La planta
La hierbabuena es una planta de la familia de las Lamiaceae (familia de las mentas). Su género es Mentha y la especie, Mentha spicata
Esta planta se reproduce fácilmente a través de los rizomas, por lo que siempre la estamos compartiendo. Si alguien tiene, la comparte con el vecino. Suele plantarse en zonas sombrías (no le sienta muy bien la insolación directa) y les gusta mucho el agua (se le suele llamar “menta de agua”). Es común tenerla plantada en jardines y huertos por ser un remedio popular con todo aquello relacionado con las digestiones, probablemente por eso se añade a los platos contundentes. Está muy relacionada con la menta (de hecho, la mentha pipperita es un híbrido de la mentha spicata), y se diferencian muy fácilmente: aunque las hojas son casi idénticas (la menta las tiene un poco más pequeñas y redondeadas) el tallo de la hierbabuena es más rojizo y más duro (sin llegar a ser leñoso).
Se ha usado también para aromatizar chicles y caramelos, incluso pasta dental.
La hierbabuena es una planta herbácea perenne que crece hasta una altura de entre 30 y 100 cm.
Sus tallos son cuadrangulares y están cubiertos de vellosidades. Son de un tono rojizo cuando está madura. Las hojas son opuestas, lanceoladas y tienen bordes dentados. Son de color verde brillante y emiten un aroma fresco y mentolado cuando se frotan. Las flores son pequeñas, de color blanco o ligeramente rosado, y se agrupan en espigas densas en la parte superior de los tallos. La hierbabuena tiene un sistema de raíces fibrosas y poco profundas.
Composición bioquimica
El proceso más común para extraer el aceite esencial de hierbabuena es la destilación al vapor. Se recolectan las hojas y flores de la planta, se trituran y se someten a vapor. Luego, el vapor se enfría y condensa, separando el aceite esencial del agua.
Sus principales componentes son:
- Carvona: Aproximadamente 50%.
- Limoneno: Alrededor del 20%.
- 1,8-cineol: Cerca del 10%.
- β-mirceno: En torno al 5%.
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