Ocotea

No se si en algún otro articulo he comentado que durante una época de mi vida fui carpintero. Mi abuelo, con los conocimientos (y el dinero) que trajo de París después de estar unos años allí como inmigrante, fundó una carpintería por la que pasamos todos sus nietos. Algunas veces nos tocaba lidiar con la restauración o el arreglo de alguna puerta antigua, y al pasar por las máquinas esa madera antigua cargada de resina nos llenaba de aromas el taller.

De alguna manera, al oler la ocotea, me ha llevado a esos días.

Pero no me quedo en ellos, y sigo oliendo profundamente. Mi nariz se despeja y su aroma entra profundamente en mi (me ha conectado con esa época de mi juventud). Aparecen también unos bollitos de canela deliciosos. Para mi que la ocotea te abre el camino para que llegues a espacios (tuyos) muy profundos. Te despeja el camino.

 

Su aroma cálido y picante es mentalmente relajante. Tiene un aroma complejo, que puede aumentar la sensación de saciedad; además es relacionado con la especie de la canela, pero tiene un aroma que es diferente de cualquier canela común. El aceite esencial de Ocotea ha sido honrado como aceite espiritual por muchos años. Es conocido para limpiar o purificar el espíritu. Y hoy todavía se usa en rituales de purificación en el Amazonas.

El aceite natural de Ocotea se extrae del tallo y hojas del árbol Ocotea Quixos en Ecuador, y está relacionado con la canela. Este aceite esencial tiene un aroma que es diferente a cualquier canela común. También conocido como ”falsa canela” por su fragancia y sabor, se puede utilizar como condimento o especia en muchas recetas.

Cada dos años el árbol de ocotea produce flores grandes conocidas como “ishpingo” o “flor canela”.

Las especias y condimentos son un mundo de nunca acabar, y cada lugar tiene su propia variedad, que en otros lugares no se conoce o no se considera como tal. Ese es el caso del Ishpingo, que es propio de la Amazonía ecuatoriana y peruana.

El Ishpingo es una laurácea, es decir, pariente de la canela y del laurel. A diferencia de la canela verdadera, oriunda de Sri Lanka, de esta canela amazónica no se utiliza la corteza, sino las hojas y el cáliz de los frutos, conocido comúnmente como sombrero.

El Inca Atahualpa fue quien dio a conocer la canela amazónica a los españoles, como producto proveniente del Oriente. En 1539 una expedición española que buscaba El Dorado saliendo de Quito llegó al río Pastaza en Ecuador, y con esa obsesión de poner marcas poéticas de la época, llamó a la región el País de la Canela, por los numerosos árboles de Ishpingo que había. Se dedicaron a intentar explotar la canela que había, pero realmente no sabían lo que estaban haciendo y la explotación fue un fracaso por que la canela se hizo babosa, descomponiéndose por no estar bien seca.

El monopolio de la canela siguió firmemente en manos portuguesas. Este «país de la Canela» que no prosperó se hallaba en tierras de los indios Quijos, y por eso el nombre taxonómico de la canela amazónica es Ocotea quixos.

Composición Bioquímica

  • methyl cinnamate
  • trans-Cinnamaldehyde
  • 1-8 cineole + limonene
  • p-cymene
  • cinnamyl acetate
  • sabinene
  • geranial
  • β-caryophyllene
  • humulene
  • eremofilene

Modificado por última vez en Lunes, 30 Noviembre 2020 21:13
Más en esta categoría: « Peppermint Cardamom »